Fumar provoca depresion



Fumar ya no es un placer. Fumar se ha convertido en uno de los vicios más prohibidos y peor vistos en la sociedad. Cada día se descubren más perjuicios generados por el tabaco y, desde hace años, los científicos dedicados a disec­cionar los males derivados de la nicoti­na, realizan estudios orientados a com­prender la relación del tabaco con un mal en aumento: la depresión. Fumar se ha convertido en la actualidad en un acto casi ilegal y ya son una gran mayoría los países que prohiben hacer­lo dentro de locales públicos, incluidos, los de ocio. Tan amplias y reiterativas han sido las campañas para concien­ciar a la población de que el tabaco per-judica a la salud, no solo de los fumadores sino también de las personas que les ro­dean, que fumar ha pasado a ser casi un delito.Según estudios realizados, la probabilidad de sufrir una depresión aumenta según el número de cigarros que se consuman al día. Estudios realizados reciente­mente en España, donde investigadores de Gran Ca­naria y de la Universidad de Navarra han colaborado con epidemiólogos de Harvard (Estados Unidos), realizaron durante un seguimiento por un periodo de seis años so­bre 8.556 universitarios, con el que constataron lo que otras investigaciones poste­riores.En el estudio se tuvieron en cuenta varios factores como la salud física, el ejercicio y las circunstan­cias que podían provocar estrés. Entre estos universitarios se evaluó de forma prospectiva la presen­cia de depresión a partir de un diagnóstico médico o del consumo de fármacos an­tidepresivos y se relacionó con el consumo del tabaco. El trabajo les llevó a la con­clusión que fumar podía contribuir directamente en el desarrollo de trastornos del estado de ánimo.Con el tiempo, los fuma­dores pueden sufrir la al­teración de los niveles ce­rebrales de serontína, la sustancia química regulado­ra de las emociones, que se reducen en los casos de laspersonas con depresión. Estos casos de depresión se detectaron a partir un diagnóstico médico o del consumo de fármacos antidepresivos que se rela­cionaron con la nicotina. Sin embargo, se ha evaluado que en la tendencia natural a sufrir depresiones existe una mayor tendencia a fumar por factores genéticos o ambientales. Los efectos ansiolíticos, psicoactivos y euforizantes de la nicotina del tabaco incitan a las personas depresivas a consumirlo. Los afectados de estrés crónico o los pro­pensos a padecer síntomas depresivos tienen mucho más fácil engancharse al tabaco. También favorece la tendencia al consumo del tabaco la relación exis­tente entre la nicotina y el correcto fun­cionamiento del tiroides o del sistema nervioso central.Los expertos apuntan sobre las con­secuencias dañinas del tabaco, espe­cialmente relevante en personas con tendencia a la depresión y aconsejan acudir a un médico especialista para someterse a un tratamiento que les aleje para siempre de la nicotina.

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