Alimentación.
El instinto de los animales y el del hombre, les indica que para su supervivencia deben ingerir ciertas sustancias que son los alimentos; éstos los podemos definir como toda sustancia sólida o líquida que introducida en el organismo sufre una serie de transformaciones químicas llamadas digestión, en virtud de las cuales se transformas en principios asimilables que conducidos por la sangre, permiten formar y reparar los tejidos y fabricar hormonas, enzimas y anticuerpos. Éstos alimentos reciben el nombre de plásticos o constructivos, y son los prótidos.
Otros principios nutritivos sirven para realizar combustiones intracelulares y así obtener energía que utilizamos para realizar trabajo o para producir el calor que necesita nuestro organismo. Éstos son los azúcares, féculas y grasas.
De resultas de estas consideraciones nos damos cuenta que, como para que tenga ligar una combustión siempre es preciso que haya oxígeno, este elemento que tomamos del aire que respiramos, resulta que también es un alimentos gaseoso cuya importancia nunca se debe olvidar.
Aunque los alimentos que tomamos en mayor cantidad, en general tienen necesidad de ser digeridos (a excepción de la glucosa y la fructosa), hay otros como los minerales, vitaminas y el agua que en su mayor parte pueden ser absorbidos sin haber sufrido transformaciones previas en el tubo digestivo.
Algunos minerales también tienen este papel de activador del metabolismo orgánico, pero otros son constituyentes de ciertos tejidos como el fósforo y el calcio, que forman parte mineral del hueso, y el hierro que constituye el centro de la porfirina que se encuentra en la homoglobina de la sangre y que tiene un papel de importancia capital, ya que es el fijador del oxígeno del aire en los pulmones y transportador del mismo a todos los tejidos de nuestro cuerpo, además de otras misiones importantísimas en nuestro metabolismo.
La complejidad del papel que juegan los alimentos en la conservación de nuestro organismo nos lleva a la consideración de la nutrición.
Nutrición.
Podemos definirla como la ciencia que estudia la cantidad y la calidad de los alimentos que necesita el hombre para obtener los principios necesarios para el buen funcionamiento de su organismo. Así, es la Nutrición, la que determina la alimentación adecuada al bebé, sobretodo si no recibe la lactancia materna, la del niño, adolescente, adulto y anciano.
Es la ciencia de la Nutrición, por lo tanto, la que señala la clase y cantidad de los alimentos, de los que hemos hablado anteriormente, que deben tomar los humanos en las distintas fases y circunstancias de su vida.
Ahora bien, esta parte científica de la Nutrición más bien recibe el nombre de Dietética, mientras que la vertiente que busca el grado del paladar y la presentación de los alimentos es el arte de la Gastronomía. Ésta procura convertir la necesidad fisiológica de alimentarse en un verdadero placer, cosa muy loable, pues la reunión de la familia o de los amigos alrededor de una buena mesa es una de las mejores cosas que la vida nos puede ofrecer, ya que los que creen que reunirse a comer bien es buscar un goce material, no saben ver el placer espiritual que comporta el optimismo que se desprende de una reunión que comparte los mismos manjares como, asimismo, la tendencia que se tiene a juzgar las cosas benévolamente después de una agradable comida.
Podemos afirmar que el arte de la Gastronomía ha arreglado muchas diferencias entre personas y ha facilitado la relación de muchísimos y muy importantes negocios.
Podemos definirla como la ciencia que estudia la cantidad y la calidad de los alimentos que necesita el hombre para obtener los principios necesarios para el buen funcionamiento de su organismo. Así, es la Nutrición, la que determina la alimentación adecuada al bebé, sobretodo si no recibe la lactancia materna, la del niño, adolescente, adulto y anciano.
Es la ciencia de la Nutrición, por lo tanto, la que señala la clase y cantidad de los alimentos, de los que hemos hablado anteriormente, que deben tomar los humanos en las distintas fases y circunstancias de su vida.
Ahora bien, esta parte científica de la Nutrición más bien recibe el nombre de Dietética, mientras que la vertiente que busca el grado del paladar y la presentación de los alimentos es el arte de la Gastronomía. Ésta procura convertir la necesidad fisiológica de alimentarse en un verdadero placer, cosa muy loable, pues la reunión de la familia o de los amigos alrededor de una buena mesa es una de las mejores cosas que la vida nos puede ofrecer, ya que los que creen que reunirse a comer bien es buscar un goce material, no saben ver el placer espiritual que comporta el optimismo que se desprende de una reunión que comparte los mismos manjares como, asimismo, la tendencia que se tiene a juzgar las cosas benévolamente después de una agradable comida.
Podemos afirmar que el arte de la Gastronomía ha arreglado muchas diferencias entre personas y ha facilitado la relación de muchísimos y muy importantes negocios.
Dietética y Dieta.
Como hemos adelantado ya, recibe este nombre la parte científica de la nutrición que señala la dieta más adecuada para cada persona desde el punto de vista de las necesidades fisiológicas (y psicológicas). También en una misma persona, para las distintas épocas, circunstancias, modos de vida y trabajo y eventuales desequilibrios que se hayan podido producir como, asimismo, para evitarlos.
Hoy en día, el hombre no se pude fiar del instinto para alimentarse ni de los conocimientos empíricos de sus pasados, ya que durante siglos y siglos los hombres han trabajado fundamentalmente haciendo un gran gasto de energía física estando sometidos a los rigores del frío apenas paliados por modos rudimentarios de calefacción que se localizaban, además, en una habitación que era, en general, cocina-comedor de la vivienda.
Sin embargo, desde hace 30 años más o menos hacia acá, se ha generalizado el uso de la calefacción en toda la vivienda, como asimismo en los lugares de trabajo y alcanzando también a los medios de locomoción.
Este capítulo de tener el ambiente caldeado le ahorra al hombre el quemar gran cantidad de lípidos, por lo que se ha hecho corriente el tener exceso de colesterol y grasas saturadas en la sangre, con los problemas que conlleva de disminución de luz de las arterias y las amenazas de infarto, trombosis, etc.
Pero asimismo, cada vez son en mayor número las personas que trabajan en el llamado “sector terciario”, es decir, despachos y oficinas y también cada año aumenta el numero de muchachos y muchachas que pasarán su juventud en los bancos de las aulas universitarias. Éstas personas ya no queman la glucosa provinente de la digestión de los azúcares y féculas en la cantidad que la consumían sus mayores. De ahí que si se alimentan igual que sus abuelos, engordarán ya que el exceso de glucosa en nuetro organismo lo transforma en grasa.
En cambio, el trabajo intelectual degrada los compuestos de fósforo haciendo perder una mayor cantidad de este elemento en la orina que en otro tipo de actividad.
La dietética, estudia todos estos hechos y es la ciencia que puede señalar qué tipo de alimentos y en qué proporción debe escoger cada individuo para trabajar y encontrarse en condiciones óptimas y para corregir los eventuales problemas que pueda tener, debidos quizás a una alimentación que no es la adecuada a sus circunstancias personales y de ocupación.
Podríamos decir que la ciencia de que tratamos es la gran colaboradora de la medicina, pues ésta busca curar la enfermedad y prolongar la existencia del hombre, y la dietética tiene como fin primordial alargar la salud del mismo.
Aunque para muchas personas la palabra dieta tiene un sentido restrictivo, relacionándolo con una alimentación adecuada a ciertas enfermedades, hoy día, entendemos también por dieta la clase de alimentación restrictiva o no, seguida por una persona, y dieta diaria son los alimentos que se consumen en un día.
Como hemos adelantado ya, recibe este nombre la parte científica de la nutrición que señala la dieta más adecuada para cada persona desde el punto de vista de las necesidades fisiológicas (y psicológicas). También en una misma persona, para las distintas épocas, circunstancias, modos de vida y trabajo y eventuales desequilibrios que se hayan podido producir como, asimismo, para evitarlos.
Hoy en día, el hombre no se pude fiar del instinto para alimentarse ni de los conocimientos empíricos de sus pasados, ya que durante siglos y siglos los hombres han trabajado fundamentalmente haciendo un gran gasto de energía física estando sometidos a los rigores del frío apenas paliados por modos rudimentarios de calefacción que se localizaban, además, en una habitación que era, en general, cocina-comedor de la vivienda.
Sin embargo, desde hace 30 años más o menos hacia acá, se ha generalizado el uso de la calefacción en toda la vivienda, como asimismo en los lugares de trabajo y alcanzando también a los medios de locomoción.
Este capítulo de tener el ambiente caldeado le ahorra al hombre el quemar gran cantidad de lípidos, por lo que se ha hecho corriente el tener exceso de colesterol y grasas saturadas en la sangre, con los problemas que conlleva de disminución de luz de las arterias y las amenazas de infarto, trombosis, etc.
Pero asimismo, cada vez son en mayor número las personas que trabajan en el llamado “sector terciario”, es decir, despachos y oficinas y también cada año aumenta el numero de muchachos y muchachas que pasarán su juventud en los bancos de las aulas universitarias. Éstas personas ya no queman la glucosa provinente de la digestión de los azúcares y féculas en la cantidad que la consumían sus mayores. De ahí que si se alimentan igual que sus abuelos, engordarán ya que el exceso de glucosa en nuetro organismo lo transforma en grasa.
En cambio, el trabajo intelectual degrada los compuestos de fósforo haciendo perder una mayor cantidad de este elemento en la orina que en otro tipo de actividad.
La dietética, estudia todos estos hechos y es la ciencia que puede señalar qué tipo de alimentos y en qué proporción debe escoger cada individuo para trabajar y encontrarse en condiciones óptimas y para corregir los eventuales problemas que pueda tener, debidos quizás a una alimentación que no es la adecuada a sus circunstancias personales y de ocupación.
Podríamos decir que la ciencia de que tratamos es la gran colaboradora de la medicina, pues ésta busca curar la enfermedad y prolongar la existencia del hombre, y la dietética tiene como fin primordial alargar la salud del mismo.
Aunque para muchas personas la palabra dieta tiene un sentido restrictivo, relacionándolo con una alimentación adecuada a ciertas enfermedades, hoy día, entendemos también por dieta la clase de alimentación restrictiva o no, seguida por una persona, y dieta diaria son los alimentos que se consumen en un día.
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