Las Uñas






Sus líneas, surcos y aspecto, pueden revelar el estado de salud de una persona











Es en las uñas en lo último que nos fijamos cuando creemos estar enfermos. No obstan­te, éstas pueden ser la cla­ve principal para saber si algo en nuestro cuerpo anda mal.
Efectivamente, las uñas pueden revelar si una persona sufre de algún trastorno físico o psíquico. ¿De qué manera?... en la forma de sus líneas o surcos, ya sean éstos verticales u horizontales. Mientras que las primeras constituyen más bien un problema cosmético y suelen deberse a una causa inocua, las ranuras horizontales indican que unas seis semanas antes se produjo una interrupción en el crecimiento de las uñas, lo que es indicio de tras­tornos orgánicos graves que pueden seguir latentes. Graves Trastornos
Como se dijo anteriormente, las líneas y surcos ho­rizontales en la uña revelan un grave trastorno o in­cluso una interrupción total del crecimiento a causa de una queratinización insuficiente. Estas ranuras transversales se manifiestan unas seis semanas des­pués de que se produjera el trastorno causante, que suele ser una enfermedad infecciosa como ¡a escar­latina, tifus, hepatitis, gripe o pulmonía. A medida que va creciendo la uña, las ranuras desaparecen.
Si en la uña se presentan repetidas veces ranuras y líneas, pueden ser reveladoras de enfermedades agudas. Las causas más frecuentes son trastornos del metabolismo y del equilibrio hormonal, así como enfermedades de la piel como eccemas o in­fluencias de sustancias tóxicas. En un enfermo de psoriasis, por ejemplo, las uñas pueden presentar pequeñas abolladuras en forma de punto. En en­fermedades menos graves, las deformaciones de la uña son menores. Y en el caso de las manchitas Todos hemos tenido alguna vez manchitas blancas en las uñas que muchas veces pasan desapercibidas por su tamaño. Estas, suelen desaparecer rápido, pero en caso de que no suceda así, lo mejor será consultar un médico.
Registrando las uñas
La zona donde se produce el material que com­pone las uñas es la matriz situada en su raíz, que convierte permanentemente las células cutáneas en duras escamas córneas. El material de estas esca­mas consiste en gran parte en queratina. una pro­teína muy compleja y resistente que se genera en
las células de la matriz de la uña. Al igual que en una factoría química, la continuidad de creci­miento de las uñas depende de un ininterrum­pido suministro de las sustancias base y de la correcta secuencia de las fases que hacen posible la síntesis del producto. Este complejo proceso de síntesis se puede alterar fácilmente a causa de pequeñas he­ridas, leves trastornos de la alimentación y el metabolismo y por la influencia de deter­minados fármacos, como los antibióticos. En tales casos, el material córneo se genera de manera distinta a como lo hace en circunstancias normales: o se implantan directamente partículas de calcio en la uña para relle­nar orificios o quedan atrapadas burbujas de aire en la córnea. Cuando la uña sale de la raíz, estos dos fenómenos se manifies­tan en forma de una manchita blanca. Las causas son a menudo inocuas, pero pueden revelar también distintos trastornos físi-cos, como carencia de minerales o vitaminas, problemas en el funcionamiento del hígado, defectos cardíacos e incluso graves trastornos psíquicos.
El momento en que se produjo el trastorno se puede determinar con relativa precisión. Simplemente hay que medir la distancia entre la manchita y la raíz de la uña y calcular el tiempo transcu­rrido en función de la velocidad de crecimiento, que suele ser de dos a tras milímetros al mes

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